¿Cuánto vale tu trabajo en casa? 

18.08.2025

Ponerle un precio al cuidado es un acto de justicia. 

¿Alguna vez te detuviste a pensar en el trabajo que implica gestionar un hogar? Planificar las comidas, cuidar a los hijos o a los adultos mayores, limpiar, organizar, acompañar en las tareas escolares, administrar la economía doméstica. Durante siglos, todo ese esfuerzo, realizado mayoritariamente por mujeres, fue llamado "amor". Y si bien lo es, también es trabajo no remunerado

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, el organismo de derechos humanos más importante de nuestra región, acaba de confirmar algo revolucionario: cuidar es un derecho y las tareas de cuidado tienen un valor económico real y medible.

¿Qué significa esto para tu vida diaria?

  • Reconocimiento: Significa que ese esfuerzo invisible que sostiene a tu familia ahora es reconocido como un aporte económico fundamental. No es una "ayuda", es un trabajo que tiene un valor monetario.

  • Justicia en las relaciones: Ponerle un número a estas tareas cambia las reglas del juego. En una separación, por ejemplo, permite exigir una compensación justa por los años dedicados al hogar que impidieron un desarrollo profesional o generaron una desigualdad económica.

  • Herramientas para reclamar: En la fijación de una cuota alimentaria para los hijos, ya no solo cuenta el aporte en dinero. El tiempo y la dedicación del progenitor que se encarga del cuidado diario es un aporte económico tan válido como el salario del otro.

  • Empoderamiento: Saber que tu trabajo tiene un valor te da poder. Poder para negociar en tu pareja una distribución más equitativa de las tareas, para exigir al Estado políticas que te apoyen (como más jardines maternales) y para valorarte a ti misma y tu contribución.

Ponerle precio al cuidado no es mercantilizar el afecto. Es un acto de justicia que visibiliza una deuda histórica y nos da una herramienta poderosa para construir relaciones más igualitarias y una sociedad más justa.