Cortar la luz también es violencia económica
Después de ser excluido judicialmente del hogar por violencia familiar, un hombre (excluido por violento) pidió que la empresa de energía cortara el servicio eléctrico de la casa donde seguía viviendo su ex pareja con sus tres hijos e hijas. Uno de ellos tiene una enfermedad respiratoria y depende de aparatos eléctricos.
El corte de luz fue una represalia directa, una forma de castigo que empeoró aún más la situación de vulnerabilidad de esa familia: afectó la salud, el trabajo y los estudios de todos.
La justicia ordenó reconectar el servicio de forma urgente y reconoció que esto
también es violencia económica.
La
violencia no siempre se ve, pero siempre duele.
Desde Suma Herramientas acompañamos y visibilizamos estas realidades para
construir caminos de igualdad y justicia.